Nuestro Proyecto está ubicado en una zona muy alta de las montañas de Medellín, en uno de los barrios menos favorecidos de la ciudad. Dentro de los 16 distritos de la ciudad, aquel en el cual estamos localizados, Manrique, está calificado como el tercero más bajo en la escala de pobreza y el segundo más bajo en la escala de calidad de vida. Nuestro distrito es uno de los más fuertemente poblados y una de las áreas con la más alta cantidad de personas desplazadas internamente que han tenido que abandonar sus hogares a causa del conflicto armado. En busca de su nuevo hogar, muchas de las personas desplazadas terminan ubicadas en viviendas improvisadas, sin redes de apoyo y sin trabajo. Los servicios municipales no han sido capaces de mantener el paso a las necesidades en crecimiento de la comunidad y han tenido dificultades al proveer servicios básicos como es la recolección de basuras.
El desempleo en nuestro barrio es el doble del porcentaje nacional. De estos desempleados, más de la mitad tienen trabajos informales como personal de servicio doméstico. Uno de cinco niños dicen que salen de su casa con hambre todos los días pues sus familias no tienen suficiente dinero para comprar la comida necesaria. Esta mezcla de pobreza, combinada con falta de oportunidades de trabajo y falta de mecanismos de apoyo, resulta en una población que es sujeto de marginalización y es más vulnerable a las perturbaciones sociales.
Los residentes del barrio tienen más probabilidades de convertirse en víctimas o en perpetradores de acciones violentas, algo a lo cual ya se han acostumbrado. La violencia intrafamiliar sin ser identificada, no denunciada y perpetuada. Dos tercios de la violencia sexual reportada se comete contra niños y más de la mitad de todas las víctimas de homicidios son jóvenes. Los grupos armados ilegales y las pandillas parecen gobernar el área después de la puesta del sol.
Como parte de nuestro análisis de la situación, hemos usado el Método del Árbol de Problemas. La gráfica abajo reúne nuestros descubrimientos indicando las raíces que causan el problema “Estrategias de afrontamiento destructivas”. Las raíces de muchos de los problemas mencionados incluyen la vulnerabilidad psicológica, social y económica causada por la fractura del tejido social, la falta de actividades positivas de desarrollo juvenil y modelos a seguir, el alto desempleo y la alta presencia de redes criminales.
Estos contribuyen a las estrategias de afrontamiento negativas que se ven con frecuencia en nuestra comunidad, como el abuso de sustancias, la perpetuación de la violencia, la sucumbencia a la presión de los compañeros. Estas estrategias negativas, cuando no desafiadas, impactan en la comunidad y contribuyen a altas tasas de violencia doméstica, embarazo adolescente, desnutrición entre los niños, familias disfuncionales y salud comprometida. Casi un tercio de las niñas quedan embarazadas al menos una vez entre los 15 y los 19 años. Por lo tanto, no sorprende que menos de un tercio de los niños del distrito viva con sus padres. Manrique tiene la mayor proporción de bebés con bajo peso al nacer dentro del área metropolitana, y la segunda tasa más alta de mortalidad infantil que apunta a una nutrición insuficiente durante el embarazo y el abuso de sustancias, entre otros factores. Muchas familias no proporcionan a los niños y jóvenes modelos de conducta saludables, un entorno estable y habilidades básicas para la vida.
El barrio de María Cano-Carambolas está experimentando el círculo perpetuado de la pobreza, exclusión y violencia, convirtiéndolo en un área de alta problemática social. Por esto es que nosotros educamos, acompañamos, aconsejamos y proveemos asistencia práctica a los vecinos de este barrio, el “más pobre de los pobres”.
Ejecutamos una cantidad de proyectos dentro de siguientes áreas de programa:
Actualmente, entre 450 y 500 mujeres se benefician de nuestros servicios en el Centro todas las semanas. A pesar de tratar de acomodar tantos beneficiarios como sea posible, no hemos podido matricular a 230 mujeres que están actualmente en nuestra lista de espera como resultado del limitado espacio.
A pesar de la alta asistencia de nuestros talleres, hemos encontrado que los resultados para muchas mujeres han mejorado solo después de la introducción de consejería 1-a-1. Hemos podido brindar tres sesiones por semana; sin embargo, a veces, los servicios de asesoramiento que requieren confidencialidad se llevan a cabo en condiciones no óptimas (por ejemplo, en la sala principal o al aire libre en el patio). A veces deben cancelarse. La falta de infraestructura adecuada pone en peligro la calidad de nuestros servicios y hace que la expansión estaba inviable.
Para aumentar nuestro impacto entre la comunidad, planeamos ejecutar programas para padres (20 en el primer año), ayudándolos a prepararse para la vida laboral, brindando un espacio donde pueden hablar sobre las inquietudes familiares, abordar los problemas de adicciones o beneficiar de las clases de alfabetización. Creemos que al agregar este grupo objetivo a nuestras actividades existentes, podemos crear un cambio verdaderamente sostenible en las familias y dentro de nuestra comunidad.
Planeamos alcanzar tres objetivos siguientes por este proyecto:
Planeamos lograr esto al agregar una nueva instalación, que comprende 3 salas, y convertir el patio existente en un espacio multiusos resistente a la intemperie. Para reducir el costo total, proponemos alojar todas las unidades en una estructura y no incluir los sistemas de agua que están disponibles en la istalación principal. Los nuevos espacios se adherirán a los estándares en la prevención del cualquier abuso. Las nuevas salas proporcionarán un espacio flexible para hasta 20 personas más capacitador (en el caso de sesiones de taller) o espacio confidencial de 1 a 1 (en el caso de sesiones de asesorias). Para obtener más detalles, consulte los dibujos arquitectónicos. El nuevo espacio nos dará la capacidad de hacer crecer nuestra cartera de servicios e introducir nuevos servicios en el futuro.
El proyecto beneficiará directamente a 850 personas de la comunidad y nos permitirá llegar a 3100 beneficiarios adicionales indirectamente. Esto significa que el 54% de todos los habitantes del barrio se beneficiarán del proyecto.
Ya hemos asegurado el nuevo costo operativo y del proyecto, y una gran base de voluntarios. Ya tenemos 230 beneficiarios nuevos en nuestra lista de espera demostrando nuestro compromiso y impacto en la comunidad.
Solidaridad en Marcha
Calle 35 89A # 40,
Barrio Santa Monica,
Medellín,
Colombia
Telefono: +57 44 808 44
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